Pon las manos al fuego

Lo que estamos dispuestos a defender habla tanto de nosotros como las razones que nos impulsan a pelear.

Seguramente has escuchado la importancia de escoger tus batallas; luchar todo el tiempo es cansado y dejar que todo pase es mediocre. Como dije en algún momento hay cosas que no estoy dispuesta a tolerar y por las que me tengo que enfrentar a personas y situaciones que se interponen en, digámosle así, mi paz mental. Hay muchas cosas en juego cuando decides entrar a una batalla y una de ellas es tu credibilidad para la cual debes mantener una coherencia. Si graficaramos nuestras batallas estoy segura de que encontraríamos patrones que hablan de lo que nos hiere y queremos cambiar para que no lastime a nadie más.

Las batallas bien peleadas son muy valiosas porque pueden llegar a convertirse en momentos de paz para los que, en el futuro, gozarán de esos derechos que tú defendiste. 

Es, en teoría, como si todo el tiempo estuvieras poniendo las manos al fuego por alguien más y como si otros ya las hubieran puesto muchas veces por ti. Así que, escoge bien tus batallas porque así podrás disfrutar de los momentos de paz que otros consiguieron para ti. 

By: Fernanda Hervias