En honor a las abuelas
A las que no pudieron elegir a quien amar, ni a qué dedicarse; a las que trabajaron de sol a sol por sus hijos y a pesar de todas las injusticias han salido adelante con la frente en alto y una sonrisa en la cara.
Jamás conoceremos completamente su historia y lo más seguro es que todo lo que conocemos de ellas provenga de anécdotas divertidas; yo ni siquiera me había planteado que el día que mi abuela nació las mujeres todavía no podíamos votar.
iMi abuela no tuvo ni voz ni voto tanto fuera como dentro de la casa!
Cada vez que me pedían tener paciencia con las creencias de mi abuela solo me enojaba más; hasta que reaccioné y me di cuenta de que no solo es un cambio en las costumbres sociales. Es un cambio de leyes, de educación, de derechos.
Si a mi edad mi abuela hubiera tenido los mismos derechos que hoy poseo yo ni siquiera hubiera nacido porque ella se hubiera podido divorciar y terminar su carrera; en cambio, fue obligada a quedarse con un hombre con el que no quería estar, a tener hijos en circunstancias en las que no quería tenerlos, a alejarse de su familia, a vivir deprimida y con culpa. Mi abuela no demuestra todo ese dolor pero yo lo veo en sus ojos. No se perdona haber soportado tanto que no merecía pero no tenía opción. Nosotras, gracias a las abuelas que lucharon tenemos opción. Podemos honrarlas luchando por nuestros derechos, haciéndonos valer y aprovechando todo lo que ellas consiguieron para nosotras.
By: Fernanda Hervias
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