Hábito vs meta

El hábito es el que nos lleva al cumplimiento de las metas que nos ponemos.; sin embargo, siempre ponemos toda nuestra energía en la meta y nos desmotivamos cuando nos damos cuenta de todo lo que no habíamos considerado para llegar a ella: el trabajo constante.


Cuando imaginamos nuestro futuro nos visualizamos en el momento en que logramos lo que nos propusimos y eso nos emociona tanto que nos da un pequeño empujón para comenzar a crear un hábito pero ese rush nos dura una o dos semanas que no son suficientes para convertir nuestras acciones en hábitos; la motivación se empieza a acabar y se hace más difícil mantener el hábito. Nunca imaginamos el proceso para lograr lo que queremos, nuestro propósito siempre es llegar a la meta y nunca lo que tenemos que hacer para llegar a ella: el hábito.
Si mi propósito y energía se concentran en crear un hábito (ahorrar, comer bien, hacer ejercicio, ir a terapia) eventualmente los resultados se harán notar. La diferencia entre enfocarse en el hábito y enfocarse en la meta es ese rush; la meta te empuja un tiempo y el hábito te lleva constantemente hasta que tú comienzas a hacerlo por ti misma sin que lo que te rodea influya en tu (des)motivación. 
El hábito es el proceso y cuando lo disfrutas en vez de sufrirlo el camino para llegar a la meta se siente más rápido. Para disfrutarlo hay que verlo como algo que haces por ti porque muchas veces el hábito es más benéfico que la meta.  
La meta es lo que te mantiene trabajando pero el hábito es lo que marca el cambio. 
Si un hábito no te aporta, no lo mantengas. Pero si te aporta, rebasa la meta. Siempre que crees hábitos vas a llegar tarde o temprano a tus metas, la clave es no detenerse después de haber pasado la meta; ese hábito te aportó para llegar a donde querías y seguir con él te llevará a lugares que nunca imaginaste. Es como ir al gym diario por un mes, obviamente verás cambios pero si faltas una semana ese avance desaparece, cruza la meta,  tener una meta en primer lugar te da el empujón que necesitas para comenzar pero no significa que ese sea el final, aprovecha el empujón para crear un hábito. Ya viste lo que hizo ese hábito por ti, es tu decisión detenerte y regresar al punto de inicio o ver que pasa si continuas trabajando en ti.

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