Ten, te regalo un retrato
El siguiente texto fue, hace unas semanas, el regalo de cumpleaños para mi papá Jorge toma una taza de café. Un café oscuro que combina con el color de sus ojos y su cabello. Le da un sorbo y suelta un “ahhh” como si el trago le hubiera regalado vida. “El café no se toma, se paladea-énfasis en paladea-” dice orgulloso de su expertise. Esto pudo haber pasado hace diez años o ayer, durante su primer café del día o durante el quinto. Él se despierta dos horas antes de realmente empezar su día, ahora entiendo que son esas dos horas las que le dan la paciencia para manejar a los torbellinos a los que llama familia. Con movimientos lentos como los del maestro Oogway (Kung Fu Panda)se prepara para su día. Después de bañarse entra a su cuarto y sale como si fuera otro, con sus lentes rojos que contrastan con su piel morena, peinado como mango y con la batería llena de energía. Siempre viste una playera con algún elemento de la cultura popular que lo represente ese día, unos pantalones recto