¿Qué es la virginidad y cómo la usan para controlarnos?

La virginidad viene del latín virginĭtas que significa "cualidad del que nunca ha tenido relaciones sexuales" y su componente virgo, virginis quiere decir mujer o doncella. Incluso desde su etimología se enfoca en las mujeres. De acuerdo con la sexóloga Geneviève Labelle el himen (o lo que nos cuentan de él) es un constructo social que refleja los miedos de una sociedad patriarcal; "El himen, contrario a la creencia popular, no es un miembro que cubre la entrada de la vagina, sino un pliego de membranas dispuestas en corona al rededor del sexo femenino." De acuerdo a la sexolóloga el sangrado que puede o no ocurrir en la primera penetración la mayoría de las veces es por falta de lubricación (el himen no se rompe, se desgarra y eso puede llegar a ser también causa de sangrado).

Si se dan cuenta hay forma (realmente no) de saber si una mujer es virgen pero no la hay de saberlo sobre un hombre. En realidad ejercer su sexualidad culturalmente para los hombres es un símbolo de virilidad; mientras que, para las mujeres es signo de impureza. Incluso en las pláticas entre amigas sobre este tema se habla de la "pérdida de la virginidad" mientras que en los hombres se habla de una primera vez que no implica ninguna pérdida. 

Por otra parte, es importante subrayar que el tema de la virginidad y la definición de sexo (como penetración hombre-mujer) se enfoca en relaciones heterosexuales. La definición de virginidad y sus concepciones culturales son obsoletas pero siguen fungiendo como sistema de control y opresión sobre el cuerpo femenino. El miedo de "perder valor" por el hecho de haber comenzado una vida sexual ha desembocado en prácticas como la reconstrucción del himen o por el lado contrario, la venta o subasta de la virginidad lo cual refleja el significado construido socioculturalmente de la virginidad.

Cada vez más mujeres se liberan de los prejuicios con los que nos criaron y viven su sexualidad libremente o deciden por sí mismas no iniciarla todavía y está bien porque es una decisión privada y personal. La sexualidad no debería ser un instrumento de opresión, todo lo contrario. Es parte de una vida íntegra y por ello se debe hablar de ella en las escuelas y familias sin tabú para que, llegado el momento, cada quien pueda tomar sus propias decisiones con responsabilidad y sin miedo a los juicios sociales. Este tema no enseña una vez más a cuestionarnos las creencias heredadas culturalmente. 

By: Fernanda Hervias 



 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡No más acoso!

Redefine tus creencias [espirituales]